Al Concejal de Mayores, Salud y Mercados no parece importarle.
Así desde el pasado martes 10 hasta el viernes 13 la Médico-Pediatra de dicha concejalía se ha visto obligada a abandonar su trabajo para cubrir el Servicio Médico de la Piscina de Santo Domingo.
Consideramos totalmente improcedente la forma de comunicarselo, ya que la trabajadora se entera de su cambio el mismo día que se incorpora del disfrute de unos días de libre disposición, encontrandose encima de su mesa una nota dirigida a su Concejal (no a la trabajadora afectada) desde el Director de Recursos Humanos donde se le comunicaba el cambio de lugar de trabajo por parte de esta persona durante el plazo antes reseñado.
Todo ello supuso que la Médico-Pedíatra se viera obligada a cancelar las citas y entrevistas que tenia previstas tanto para el mismo día 10 como para el resto de la semana, sin tiempo suficiente para no perjudicar al resto del equipo de Atención Temprana que realiza con ella las valoraciones, así como a los padres que acompañan a los menores para las mismas.
Por otra parte, se ven modificadas sustancialmente las funciones propias del puesto que viene desempeñando muy satisfactoriamente desde hace más de 20 años, siendole encomendadas, sin embargo, tareas de medicina de urgencia para población en general, que sin un reciclaje reciente son practicamente imposibles de realizar, lo que ademas en nuestra opinión conlleva una responsabilidad muy seria para dicha trabajadora.
Así desde el pasado martes 10 hasta el viernes 13 la Médico-Pediatra de dicha concejalía se ha visto obligada a abandonar su trabajo para cubrir el Servicio Médico de la Piscina de Santo Domingo.
Consideramos totalmente improcedente la forma de comunicarselo, ya que la trabajadora se entera de su cambio el mismo día que se incorpora del disfrute de unos días de libre disposición, encontrandose encima de su mesa una nota dirigida a su Concejal (no a la trabajadora afectada) desde el Director de Recursos Humanos donde se le comunicaba el cambio de lugar de trabajo por parte de esta persona durante el plazo antes reseñado.
Todo ello supuso que la Médico-Pedíatra se viera obligada a cancelar las citas y entrevistas que tenia previstas tanto para el mismo día 10 como para el resto de la semana, sin tiempo suficiente para no perjudicar al resto del equipo de Atención Temprana que realiza con ella las valoraciones, así como a los padres que acompañan a los menores para las mismas.
Por otra parte, se ven modificadas sustancialmente las funciones propias del puesto que viene desempeñando muy satisfactoriamente desde hace más de 20 años, siendole encomendadas, sin embargo, tareas de medicina de urgencia para población en general, que sin un reciclaje reciente son practicamente imposibles de realizar, lo que ademas en nuestra opinión conlleva una responsabilidad muy seria para dicha trabajadora.